Hace un par de semanas tuve la oportunidad de realizar un proyecto fotográfico para una organización internacional dedicada a la compra y exportación de café.
Esta empresa entrena y certifica a pequeños y medianos productores locales con el fin de garantizar un trato justo, equidad de género y cuidado del medio ambiente, todo lo anterior resultando en un café de calidad óptima para el mercado internacional.
Nuestro viaje inició en las montañas del Meredón, departamento de Cortés.
La primera finca en la agenda fue la de don Sabino, un señor que, junto a su esposa, produce un café a una altura de 1,400 msnm.
Luego visitamos la finca de doña Norma, propiedad que bordea el parque nacional Cusuco. Ella, junto a su esposo, ha instalado un pequeño beneficio: sembrando, despulpando, secando y empacando el café en estado de "oro verde".
Terminamos nuestra visita por el Merendón y emprendimos camino a Santa Rosa de Copán. Ahí pasamos la noche, para luego seguir nuestra gira en el departamento de Lempira.
Temprano por la mañana nos internamos en la montaña de San Esteban, desde cuya cima se puede divisar territorio salvadoreño y el imponente volcán de Chaparrastique.
En San Esteban, Conocimos varias fincas donde gracias a los 1,800 msnm se cosecha uno de los mejores cafés del país. El aspecto del fruto cambió dramáticamente, convirtiéndose en una baya de color rojo profundo, representando una mayor calidad.
En las fincas de Lempira y El Paraíso tuve la oportunidad de retratar a varios cortadores que, desde muy temprano, se levantan para internarse en las interminables filas de planta cafetalera y, con gran agilidad, llenar sus cubetas depositando grano maduro, recolectando aproximadamente 10 cargas al día durante 12 horas de trabajo.
En la mayoría de los casos, luego de recoger el café, este llega a una máquina que retira la materia carnosa de la baya para extraer los granos de café en su interior. Una persona se encarga de llevar los pesados sacos, para vaciarlos dentro de la llamada "despulpadora."
Nuestra aventura terminó en las montañas de Güinope, El Paraíso. Ahí visitamos dos fincas con la misma calidad del café denominado SHB (Strictly Hard Bean), que se refiere a café cosechado a más de 1,400 msnm.
En Guinope conocí a doña Marcela, una señora de 64 años, oriunda de ese municipio, que se ha dedicado a cosechar café esde que era una niña. Ella me contó que se sentía triste porque recién había perdido a su esposo, con el que acostumbraba realizar este trabajo.
Todo el café que es recolectado pasa por un proceso de secado para luego ser enviado a las bodegas del beneficio propiedad de la empresa que me asignó esta tarea.
Una vez que el café llega a las instalaciones de la empresa, este es tostado y luego catado por un experto que determinará la calidad y por ende el valor a pagar por cada carga de café al productor.
Fue de mucho aprendizaje y satisfacción haber conocido desde adentro el proceso de cómo el café viaja desde las montañas hasta la taza caliente que disfruto todas las mañanas.
Comentarios